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jueves, 29 de julio de 2010

DIVINAMENTE... MALA


SER BUENA ESTA TOTALMENTE OVERRATED.
No es tan bueno ser buena. No sé a quién se le ocurrió aquello de que la belleza interior podría mover montañas. No es cierto. Es como decir que todas las mujeres son bellas. Para la publicidad de Dove, está perfecto pero, la neta. NO. Antes de seguir debo confesar que el grinchismo de esta entrega puede ser superior al de las anteriores, pero la verdad es la verdad. Y no me odien por ser honesta. Y es que cuando eres honesta la gente se asusta, si piensas en los demás antes de que en ti te huyen y si cedes, eres una sometida.
Entonces, díganme ¿por qué es bueno ser buena?
Si aguantas, terminas por explotar irremediablemente; si defiendes lo que crees, te puedes hasta quedar sin chamba y si no hablas mal de la gente, la gente hablará mal de ti.
Cuando era niña soñaba con ser popular y mi rating subió como la espuma cuando me empecé a llevar con la niña más maldita de la clase. Enserraba a las ‶nerds″ en el baño, criticaba a las gorditas en la clase de deportes y se burlaba de los que sí hacían la tarea. Y todos, todos, querían sentarse junto a ella en la clase. ¿Por miedo? Seguramente. ¿Terrible?, ¿patético? Absolutamente, pero muy real también.
Alaaaaaaa. Que feo y qué amargada, ¿no? Pero vamos a ver: ¿por qué c o n t r a t a r o n a B e t t y l a f e a ? ... por fea=fiel=buena. Lo de la Maestría en Finanzas medio que apareció en el guión. A las buenas, buenísimas, las que no matan una mosca, nadie les agradece su bondad y jamás se salen con la suya. ¿Entonces?
La bondad y la fealdad te hacen vulnerable. Y ya sé que me van a decir que ambos conceptos son muy subjetivos, pero en el fondo sabemos que no es así.
Nadie quiere besar a la chava con frenos y granos y nadie admira a alguien transparente que dice lo que siente y piensa y se le lanza a la vida sin paracaídas.
Y déjate tú que la admiren o no, seguro sale mas parada más de una vez.
Así como hay shows de make overs y poco a poco ahí la llevamos aprendiendo que un buen bra te puede cambiar la vida y que si tienes unos kilos de más el color negro puede ser la salvación, debería haber alguien en la tele que explique que un poco de malicia y desconfianza ayudan más que una buena cirugía.
Y con ser mala no me refiero a robarle el marido a nadie, ni matar perros callejeros con una bazuca (a la malosa de la clase no le fue nada bien en la vida ¿karma?); sino ser buena con quien de verdad lo merece, después de hacerlos pasar muchas (muchas) pruebas.
Ni buena, ni fea, aunque al final te regreses y le abras la puerta a la pobre niña que se quedó encerrada llorando (!!por buena!!), mientras le haces jurar por Rob Lowe que jamás dirá quien fue la tarada que la dejó escapar de la tortura.
Somos lo que somos, pero un poquito de maquillaje hacen a la mona menos mona y a la buena más lista.

by. María de la Mora.
REVISTA GLAMOUR.

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